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  • Foto del escritorMayrautora

¿Te la vives siempre ocupado?

Estar atareado no es ser productivo

Entre las habilidades más demandadas en las ofertas de trabajo es ser productivo y saber trabajar bajo presión; en lo personal, eso me suena a “te vamos a saturar de tareas que nadie más quiere hacer así que necesitamos que aguantes vara y sacrifiques tu tiempo personal para que dispongas de 10 o 12 horas diarias y puedas vivir en la oficina”. Y la situación para quien hace home office no cambia mucho: sienten que porque estás en casa, significa que estás disponible 24/7. También podría citar más ejemplos como el de los emprendedores, amas de casa, mamás/papás solteros, etc, cuyas labores los pueden rebasar a tal grado que terminan haciendo todo y nada a la vez, agotándose innecesariamente y con afectaciones severas en sus niveles de energía y en su salud (física y mental).


Tener la agenda llena de reuniones que terminan resolviendo nada, la bandeja de entrada con decenas de correos sin leer, horarios extenuantes y cero tiempo libre para la vida privada, está muy lejos de ser indicador de éxito y productividad, y muy cerca del burnout. Y el primer paso para realmente utilizar con asertividad tu tiempo es revisar si llegas a tus metas y de qué forma llegas.


Tus metas son lo que haces, a lo que quieres llegar: si cumpliste con tus indicadores, tu cuota de ventas, tus actividades en tu hogar o tu negocio. Y la forma, es el procedimiento que seguiste para llegar, donde hay que prestar atención al uso y administración de tu tiempo, tu orden y disciplina, así como la flexibilidad para resolver los imprevistos sin sacrificar la meta.


Es importante destacar que tan importante es cumplir con la meta, como lo es la forma de cumplirla: si cumpliste con tus objetivos a costa de sacrificar tus horas de sueño, tu tiempo con tu familia, tu paz mental y de mal comer lo que caiga a la hora que se pueda, entonces es un precio muy alto. Cumplir por cumplir no tiene sentido. El “qué” es importante y el “cómo” lo es aún más.


El secreto: la forma en que utilizas tu tiempo. Todos tenemos las mismas 24 horas, la diferencia radica en su administración. No se trata de ser robots que trabajen de forma mecánica y sin descanso, porque eventualmente eso cobra factura a nivel físico y emocional. En lo que hay que enfocarse, es en la forma en que reaccionamos a nuestro entorno y por qué: revisa el tiempo que dedicas a distractores como las redes sociales, los chats, la televisión, los memes, los chistes, etc. Otra vertiente que te resta enfoque es la falta de límites: no es fácil pero a veces es necesario decir que no a esas visitas inesperadas, a las frecuentes comidas con los compañeros de trabajo, el cafecito con los amigos o las conversaciones con las mamás afuera de la escuela. Con asertividad y diplomacia, hay que poner un alto o de lo contrario, te seguirás llenando de pendientes propios por estar atendiendo los ajenos.


La idea de “no tener tiempo” es solo una percepción: todos tenemos tiempo y debemos aprender a utilizarlo sabia y objetivamente para dar pasos concretos hacia la consecución de nuestras metas del día.


Tu tiempo es tu vida: ponte a pensar en qué la estás utilizando… o desperdiciando.

La diferencia entre estar saturado y ser efectivo

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