Mayrautora
¡Necesito comida!
¿Por qué tengo hambre todo el día?
Qué fastidio tener hambre todo el bendito día. No te concentras en nada porque solo estás pensando en meterte un pan dulce, algo frito, empanizado o ya de perdida un bolillo. Ya no sabes si es ansiedad, algo hormonal, aburrimiento, gula o hambre real. Así yo durante los 22 años que pasé en el mundo corporativo, y siempre lo atribuí al estrés del trabajo, al estrés de manejar, a la ansiedad de estar lejos de mi hija, a pasar entre 8 a 10 horas sentada todos los días y a mi eterna flojera de hacer ejercicio.
En parte sí, pero cuando comencé con el sistema de home office, pensé que esta situación cambiaría, lo cual no sucedió. Y entonces si bien dejé de subir de peso, seguía con un hambre feroz todo el santo día, y consulté con una nutrióloga, quien me dio los siguientes consejos que hoy comparto, para que conozcas que no está tan complicado tener buenos hábitos de alimentación. Aunque la verdad, confieso que por falta de disciplina no los todos los días, , si los he puesto en práctica al menos de Lunes a Viernes y he logrado que varios de mis pantalones me queden guangos y mis blusas ya me cierren sin que haya peligro de un botonazo al sentarme:
1. Comer proteína: porque esta produce hormonas que dan la señal cerebro de saciedad y baja la producción de hormonas que estimulan el hambre. Ejemplos: carne, pescado, pollo, huevo, lácteos, nueces o frijoles.
2. Comer grasa: pero no las de las fritangas (bueno sí, un poco, jejeje), me refiero a grasas vegetales como el aguacate o el aceite de oliva, que al pasar mucho tiempo en la digestión, ayudan a que no de hambre tan rápido. Ejemplos: huevo, salmón, aguacate, aceite de oliva.
3. Dormir bien: al menos 7 horas seguidas, (lo cual durante mis primeros meses como Mamá, no me fue posible), pues la falta de sueño interviene con la producción de la hormona del apetito (ghrelina) y la hormona de la saciedad (leptina)
4. Bájale a los alimentos con contenido refinado: osea los que contienen harinas blancas y azúcar refinada, como refresco y pan de dulce. Como el cuerpo los digiere muy rápido, ya tienes hambre otra vez en uy poco tiempo. Sustitúyelos con: alimentos con granos enteros, papas (pero cocidas no fritas) y fruta.
5. Toma suficiente agua: la sed fácilmente se confunde con hambre, por lo que si te mantienes hidratado durante todo el día (aunque no tengas sed y aunque tengas hambre), podrás diferenciar qué es lo que realmente sientes.
6. Consume más fibra: para que tengas beneficios en tu digestión, una sensación de saciedad por más tiempo, y reduces riesgo de padecer diabetes, obesidad o problemas cardíacos. Ejemplo: avena, naranjas, verduras, nueces y otros granos enteros.
7. No te concentras en lo que estás: comes mientras ves la tele, contestas correos o estás en una junta de trabajo, o cualquier otra cosa que impide que de verdad disfrutes tus alimentos y no te das cuenta lo que realmente estás consumiendo, además de que el estrés, eleva los niveles de cortisol y eso incrementa tu hambre y tu ansiedad por lo dulce o lo picoso.
8. Eliges beber algo en vez de sentarte a comer: por las prisas mejor un juguito que comer la naranja directamente, lo que hace que el líquido pase por el estómago mucho más rápido y tengas hambre más pronto. Como no masticas, tu cuerpo no le da tiempo de enterarse que ya tienes algo en el estómago y la hormona de la saciedad no actúa.
P.D. Con todo y mi flojera, camino siempre que puedo, elijo subir las escaleras fijas en vez de usar las eléctricas y le bajo a los chocolates y al pan de dulce. Cuesta uno y la mitad del otro, pero sí, vaya que ayuda…

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