Mayrautora
Me dedico a mi hogar…
¿Soy floja y no hago nada?
Hace unos días en México, escuché la noticia sobre un comentarista deportivo de la cadena televisiva TUDN, quien mientras hacía una nota, preguntaba a una de sus entrevistadas a qué se dedicaba, y ella al responderle que era ama de casa, el reportero comenta “bonita forma de decir que no hace absolutamente nada”.
Pudiera parecer chistoso, hasta se pudiera pensar que quizá el reportero lo dijo de "broma", incluso a la mujer a quien va dirigido el comentario se ríe... yo no sé quién está peor, si este naco machista que emite un comentario estúpido y denigrante (por decir lo menos), o la mujer que le causa risa ser víctima de misoginia.
Yo pensaría que un profesional del periodismo tendría la inteligencia, la cultura y el criterio para alejarse (o al menos guardarse) estas ideas anacrónicas, pero ya se ve que la imbecilidad no discrimina.
Así que me permito ilustrar mi punto de vista sobre las y los que nos dedicamos a las labores del hogar, porque sí, también hay muchos hombres que no tienen problema con lavar los trates o la ropa, porque tienen su autoestima y su masculinidad muy bien puestas.
Dicen que el trabajo de casa “embrutece y nadie lo agradece”, y esto es cierto gracias a personas como este pseudo profesional del periodismo, que consideran que administrar un hogar es sinónimo de no hacer nada, y a todos ellos les tengo noticias: ser “ama de casa” es uno de los más grandes retos a la administración eficiente de los recursos, en especial de dos que son de los más preciados, valorados y escasos: el tiempo y el dinero. Le reto a este personaje y a todos los que piensen como él, a que se vuelvan equilibristas de todas las actividades que implican mantener en orden un hogar. Lavar ropa, lavar trastes, ir a comprar despensa y víveres, preparar comida, tender las camas, mantener el orden, limpiar pisos, sacudir muebles, lavar baños, cambiar cortinas, lavar ventanas, ser chofer, ayudar a los hijos con las tareas, llevarlos y traerlos de la escuela, servir de desayunar, de comer y de cenar, y aparte hacerlo con amor y una sonrisa, y aún tener energía para ser una diosa del sexo al terminar el día… si ya se cansaron tan solo de leerlo, imagínense lo que implica hacerlo todo bien y al mismo tiempo, y generalmente sin ayuda, ya que desafortunadamente muy pocas veces se comparte la responsabilidad con el resto de los integrantes de la familia, pues asumen como un “favor” lo que debiera ser un “trabajo en equipo”.
Señor pseudo periodista y todos los que les pareció gracioso su comentario, tienen un serio problema de misoginia e ignorancia, y me permito recomendarles apagar la televisión y abrir un libro para que alimenten su mente, profundicen su conocimiento, y amplíen su criterio con contenidos de mejor calidad.
La violencia no es chistosa, la misoginia no es chistosa, los comentarios denigrantes no son chistosos. No los toleres en ninguna forma y bajo ninguna circunstancia.

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