La muerte
La pérdida más grande y contundente
Este año (2022) se cumplen 14 años de la muerte de mi Abuelo materno. Mi segundo padre, mi eterno protector, mi fuente de certeza, fortaleza y amor a toda prueba. El hombre que siempre me dijo que yo era una reina y como tal merecía ser tratada. El hombre que me abrió las puertas de su casa y de su alma sin horarios ni condiciones. El hombre en cuya compañía el miedo se esfumaba, el dolor desaparecía, y el mundo se rendía a mis pies. El hombre que me adoró desde que nací y al que yo venero hasta el día de hoy. El hombre del que no necesité despedirme cuando falleció porque en vida, cada día y todos los días, nos hicimos saber cuánto nos amábamos.
Este año (2022) se cumplen 10 años de la muerte de mi primer hijo. Se pudiera pensar que 6 semanas no son nada, pero en un feto, en las semanas 6 y 7 se observa ya un progreso en el desarrollo de la tráquea, la laringe, los bronquios, el paladar y desde a semana 4, el corazón comienza a latir. Así que 6 semanas es todo cuando se trata de una vida, de la vida de mi hijo, mi niño que se me fue en una lágrima, no sin antes regalarme la esperanza de que mi cuerpo era capaz de engendrar vida, y mi alma podía sentir el amor en la más poderosa y pura de sus formas.
No son pérdidas que se entiendan o se superen. Solo se aprende a vivir con ellas, porque llegas a un punto en que te cansas de pelear contra lo inevitable y comienzas a fluir. No solo se pierde a quien ya no está, sino todo aquello que representaba en nuestra vida. Entonces comienzas a sobrellevar tu dolor, a regresar poco a poco a la realidad, a abandonar ese estado “zombie” en el que te sumió esa muerte, y pasas del colapso inicial, a la rabia por aquello que te fue arrebatado, la depresión abrumadora cuando te “cae el veinte” de que esa persona jamás volverá, a la decisión final de seguir adelante, dejar de resistirte de una buena vez, y asumir tu nueva realidad por ti, y por los que aún siguen a tu lado.
La muerte es contundente e inevitable. Hazle saber a los que amas cuanto los amas y lo que significan para ti, para que cuando se vayan, no haya ningún “te quiero” pendiente por decir…
¡Sígueme!
¡Descubre mis libros!